¿Quién está detrás
de Wanawander?
¡Hola! Soy Elena
Prepara palomitas y ponte cómodo/a… ¡¡Qué esto va para largo!!
Te podría contar que soy manchega, estudié enfermería y que me encanta viajar, pero la verdad que lo que realmente quiero contarte es cómo he llegado hasta aquí y como nació este proyecto.
Mi historia comienza siguiendo los estándares de la sociedad y ese “camino marcado” que ya sabrás cuál es:
estudias una carrera (que tenga salidas, por supuesto, porque lo importante es tener un trabajo seguro para toda la vida… entiéndase la ironía), tienes tu pareja, vacaciones tradicionales un mes al año y un puesto de trabajo “estable”. Y además, como enfermera, te preparas una oposición porque se supone que a lo que tienes que aspirar es a tener una plaza fija… y ya podrás imaginar que todo esto a mí se me hacía bola.
Durante años me adapté a las expectativas de los demás, dejando mis sueños, incluidos los viajeros, a un lado e intentando encajar en un molde que nunca fue el mío, enfrentando una lucha constante entre lo que debía hacer, lo que quería hacer y también lo que no me atrevía a hacer.
Y aunque no sabía hacia donde dar un paso (estaba más perdida que un pulpo en una cacharrería), sabía dónde no estaba mi “sí”.

En 2018, gracias a una ruptura, empezaron los grandes cambios de mi vida. No era consciente de cuanto necesitaba volar, coger las riendas de mi vida y empezar a vivirla a mi manera. Fue mi gran revolución personal.
Empecé a viajar más, a viajar sola y a mi manera, a vivir experiencias que me fueron dando respuestas al camino que quería seguir. Me dí cuenta que había muchas maneras de vivir y todas ellas perfectamente correctas.
Reflexiono ahora y me doy cuenta que cada viaje no solo me permitió ver mundo, sino también ir encontrándome a mí misma y con lo que quería poco a poco.


Y aunque podría parecer que después de todo esto ya tenía las cosas claras y así nació Wanawander… No es así.
Fueron años de seguir sintiéndome un poco perdida, de no saber que hacer, de saber que necesitaba un cambio laboral y de vida pero no saber hacia donde tirar. Y fue entonces, cuando una amiga me dio la claridad que necesitaba. Un día me dijo: ¿Cuál es tu gran pasión? Mi respuesta fue clara: VIAJAR y conocer otras culturas y ahí, tuve mi propia respuesta.
Así que sí, en ese momento me di cuenta que mi cambio de vida laboral tenía que estar relacionado con mi gran pasión. Pero… No fue tan fácil… Algo dentro no me dejaba dar el paso… Y ahí fue, cuando la vida ya se encargo de empujarme sola…

En 2023, la vida me sacudió con un cáncer que lo cambió todo. Me hizo mirar de frente la pregunta que llevaba tiempo evitando:
¿Quiero seguir viviendo una vida en la que siento que me falta algo?
La respuesta fue NO. Y ahí sí, empezó a tomar forma Wanawander.
Y aunque no me creo que esté escribiendo esto aquí, te lo cuento porque yo tuve que llegar a ese punto para atreverme a empezar mi cambio de vida, y es que a veces le damos demasiadas vueltas y demasiada importancia a todo o mejor dicho, a cosas que no la tienen tanto.
No soy quien para dar consejos, pero sé que la vida te puede cambiar en un segundo y créeme que no hay mayor frustración que ver que no te has atrevido a vivirla a tu manera.
¿De verdad vas a seguir dejando todo para “algún día”? ¿Qué historia querrás contar cuando mires atrás?

Después de esa etapa, necesitaba reconectar con mi gran pasión. Así que, como muchas otras veces, me fui de viaje sola durante un mes y aquí fue donde llegó Sri Lanka, un país que llevaba en mi lista de destinos soñados desde hace un montón.
Tuvimos una historia de amor y conexión a primera vista. Llegó en un momento en el que yo estaba cambiando y aprendiendo a empezar de nuevo. Esta isla que tanto me robó el corazón, me dio el empujón que necesitaba para apostar por lo que sentía y quería en ese momento.
Después de un mes viajando por el país, volví a España, y tres semanas más tarde dejé mi puesto de trabajo “estable” y cogí de nuevo un avión de vuelta a este país que tanto me había atrapado y con el que se creó un vínculo muy especial. Llegó cuando más lo necesitaba y acabó convirtiéndose en el corazón de todo lo que es Wanawander.
Hoy es mi hogar parte del año y el lugar desde donde ayudo a otras personas a vivirla como yo la vivo: desde dentro, con cercanía, con propósito y con emoción, mucha emoción.
Quiero acompañarte a vivirla a través de mi mirada, compartir esa Sri Lanka que me atrapó, y trasmitir lo especial que es este lugar. Porque este país enamora… Ya lo entenderás.

